Este 8 de Marzo debe servir para firmar un compromiso necesario y perpetuo entre todos los estados con el fin de derribar los obstáculos que impiden la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y de esta forma también impedir el retroceso de logros ya conquistados en algunas sociedades.
En plena revisión de los compromisos en materia de igualdad de género adoptados por el mundo en la Declaración de Pekín de 1995 que está teniendo lugar estos días en la Cumbre de Beijing+15, la Federación de Mujeres Progresistas plantea que todos y todas debemos ir de la mano en la búsqueda de soluciones ante cualquier tipo de discriminación. La perspectiva de género debe estar incluida de manera obligatoria en las agendas políticas a todos los niveles y sólo así se podrán conseguir políticas de igualdad que redunden en un mundo más justo y solidario.
Consideramos que todas estas acciones políticas deben concretarse en actuaciones reales y eficaces para que no haya otro 8 de marzo en el que tengamos que hablar de feminización de la pobreza, de la desgraciadamente extendidas violencia de género y trata de mujeres con fines de explotación sexual como formas de esclavitud y vulneración de los Derechos Humanos.
También nos gustaría no volver a hablar de las dificultades de las mujeres para acceder, permanecer y promocionarse al mercado de trabajo en igualdad de condiciones, de la brecha salarial, de la precariedad laboral, de la escasa corresponsabilidad de las tareas del hogar y cuidado de los y las menores y personas dependientes.
En este Día Internacional de las Mujeres, la Federación de Mujeres Progresistas considera que ya no hay excusas posibles para que la sociedad en su conjunto actúe. Con un escenario político favorable como el que tenemos, y salvando la coyuntura económica, todas y todos debemos ser actores del cambio.